miércoles, 8 de junio de 2011

Un cristal de muchos colores


Decía Aristóteles que la filosofía es la ciencia teórica de los primeros principios y de las primeras causas de lo que es. Para Marx es una actividad para la transformación del mundo. Son dos concepciones diferentes de dos personas que vivieron en circunstancias muy distintas.

Hubo un tiempo en la facultad en el que mantenía charlas con una compañera (la llamaremos "La Valkiria", por su afición a la mitología nórdica) que asistió conmigo a algunas clases de la asignatura en 5º de Derecho. Yo iba a esa clase porque el temario de Filosofía del Derecho no seguía ningún manual. Los profesores comentaban textos que previamente habían repartido o nos habían hecho comprar (una muestra más del patetismo de uno de los dos profesores que la impartieron) pertenecientes a diversos autores. Algunos como Aristóteles, Platón, Locke, Montesquieu o Marx se ocupaban principalmente de intentar entender el mundo y ofrecer una explicación plausible según sus conocimientos. Otros autores como Kelsen, Hart, Olivecrona o Finnis se centraron en el mundo del Derecho.

La Valkiria y yo hablamos en más de una ocasión sobre la utilidad de la filosofía para la gente de a pie que vive el día a día; y sobre todo, por qué le gusta la filosofía. Según ella, podemos saber por qué las personas actuamos como lo hacemos o encontrar una explicación al mundo que nos rodea. Según me dijo "siempre está bien que nos interesemos por nuestro mundo, por nuestro universo y procuremos darle respuestas en función de nuestros conocimientos actuales y nuestros conocimientos pasados para poder así prevenir los futuros, de forma que, si hay algún contratiempo se pueda solucionar sin problemas". Yo le respondí que eso no era filosofía, que eso era ciencia.

Confieso que desde que estudié por primera vez algo de filosofía en el instituto mantengo la idea de que si alguien se mete a filósofo es porque no tiene dificultades para ganarse la vida o porque se aburre de forma extrema. Otra de las cosas que pensaba, y pienso, es que cualquiera puede hacer de filósofo en algún momento. ¿Quién no ha mantenido una conversación con los amigos y se ha puesto a arreglar el mundo? ¿Por qué son más importantes las ideas de Platón que las de cualquier persona con la que te cruces por la calle? Sin embargo, dentro de mi poca afición (por llamarlo de alguna forma) hacia la filosofía, tengo que decir que encuentro más sentido a aquellos que intentan comprender el mundo y explicar por qué suceden las cosas que a esos otros que publican libros sólo para rebatir a colegas que no piensan como ellos (Hart, Finnis, Olivecrona...). Unos intentan explicar cosas, y otros intentan demostrar que son más listos que el que tienen en frente; pero como son gente que ocupa puestos de importancia, sus desvaríos son bien considerados.

Es lo mismo que estar loco y tener dinero o no. el primero seguirá siendo un loco, el segundo es un excéntrico.

Para terminar me gustaría pedir a aquellos que tengan a bien leer este post que me den su opinión sobre la filosofía para conocer otras ideas y que disculpen mis propias idas de pelota.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira la filosofia tiene muchas definiciones de las ke nadie esta totalmente deacuerdo, pero para mi tiene 2 definiciones totalmente claras:
1-es:Decir refranes con palabras difíciles.
2-es:Un camino de muchos ramales ke conducen a ninguna parte de la nada.

Anónimo dijo...

El ser humano ha intentando comprender siempre de dónde viene, dónde está, a dónde va. Hoy en día para eso tenemos la ciencia.
Pero hay que reconocer que hay que dar gracias a las comeduras de tarro, porque para que algo se convierta en realidad, primero ha de nacer como idea.
Muchas de las ideas filosóficas, son diarreas mentales, pero algunas otras han inspirado pensamientos que han desenvocado en realidades útiles para el hombre.