viernes, 27 de mayo de 2011

Carcassonne



Año de publicación: 2000
Nº de jugadores: 2-5
Tiempo aproximado de juego: 45 minutos
Edad recomendada: 8 en adelante
Dependencia del lenguaje: Nula, sólo instrucciones
Posición actual en la BGG: 75

    Carcassonne fue el primer juego de mesa no convencional al que jugué, y gracias a él me inicié en la afición por este tipo de juegos. Ganador del prestigioso premio Spiel Des Jahres del año 2001, éste es un juego que tiene una mecánica muy sencilla y rápida de explicar.

    El juego consta de losetas con diferentes dibujos con tres diseños básicos: Ciudades, Campos y Caminos, y en algunas podemos encontrar Monasterios. Además tiene pequeños muñequitos de colores conocidos como Meeples, que usaremos para colocarlos en alguno o algunos de estos lugares si queremos conseguir puntos. Finalmente, un tablero nos ayudará a llevar el conteo de los puntos durante la partida.

    Comenzaremos barajando las losetas boca abajo y eligiendo uno de los colores de los meeples. Colocaremos uno de ellos en el tablero de puntuaciones y el resto los utilizaremos para la partida. La primera pieza se considera que ya está puesta en la mesa, y reune los tres diseños principales (Ciudades, Campos y Caminos), y el primer turno lo juega el jugador más joven. Éste debe coger una loseta sin mirarla, y dependiendo de su dibujo, conectarla con la que está en la mesa. a partir de ahí, el resto de jugadores irá escogiendo una loseta y repitiendo la operación. Una vez colocada la loseta podremos colocar uno de nuestros meeples si queremos en alguno de estos diseños (o en un monasterio) que no esté ocupado ya por un meeple de otro jugador.

    El sistema de puntuación depende de dónde vayamos colocando los Meeples. Una vez hayamos terminado una ciudad o un camino en el que ya tengamos un meeple, lo recuperaremos para poder utilizarlo más tarde y conseguiremos dos puntos por sección en el caso de las ciudades o uno por sección si terminamos un camino. El caso de los campos es diferente, pues sólo puntúan al finalizar la partida, y conseguiremos puntos dependiendo del número de ciudades completadas que linden con el campo donde tengamos nuestro Meeple.

    La partida terminará cuando se coloque la última loseta. Se cuentan entonces los puntos otorgados por los Meeples colocados en los campos y por los colocados en construcciones que no pudieron terminarse.

    Carcassonne es un juego con una rejugabilidad casi ilimitada, pues hay una gran cantidad y variedad de losetas, y al tener que barajarlas y cogerlas boca abajo, no sabes qué te va a tocar, siendo precisamente este punto de azar lo que le da emoción al juego.

    Cuenta con multitud de ampliaciones que añaden más losetas y meeples con diferentes funciones, como el constructor, el Meeple grande (al que mis amigos y yo llamamos Mungo), el cerdo, el carromato, o el alcalde, etc. éstas aumentan la diversidad en el juego y el tiempo por partida, pudiendo pasar de las dos horas si se juegan todas.

    Como conclusión, quiero añadir que este juego es muy recomendable para iniciar a alguien en este tipo de juegos. Quizá, junto con Keltis y Mamma Mia (de los que hablaré más adelante) de los mejores para no iniciados. Abajo, la foto del final de la primera partida.


martes, 24 de mayo de 2011

Laranja e Cenoura


    Un día mi padre me preguntó si quería "ese refresco que traje una vez", y le dije que sí. A continuación le dije el nombre, pero ante la imposibilidad de que se quedase en su memoria le hice una descripción detallada de cómo era la botella, el color del líquido, y dónde podía encontrarla en el supermercado. Cuando volvió a casa, vi que se había equivocado.

    Ayer, fue 22 de mayo, el día en el que se celebraban las elecciones municipales en éste nuestro querido país. Fue un proceso electoral especialmente complicado y agrio, en el que la omnipresente crisis, el movimiento Democracia Real y el partido político que el Tribunal Constitucional declaró legal, fueron los principales protagonistas. Los políticos hacían sus previsiones, arengaron a las masas en contra de aquellos que pensaban de manera diferente y finalmente se encontraron con la opinión de los electores.

    La opinión de los electores fue la de castigar al actual partido en el gobierno de la nación votando al partido de signo contrario. No nos engañemos. Es la misma circunstancia que llevó al actual partido gobernante al lugar que ocupa desde hace siete años, el llamado, voto de castigo. Como resultado, el partido mayoritario de la derecha gobierna en 41 capitales de provincia. Una cifra escandalosa que debería hace reflexionar profundamente al partido mayoritario de izquierda. ¿Acaso alguien duda de que lo vaya a hacer? Sí, reflexionarán, y también se enrocarán en sus posiciones para afrontar el futuro más próximo, con las elecciones generales el año próximo como objetivo.

    Y ahora, ¿qué? Ahora viene un modelo de gobierno, que no es nuevo, como dicen los ganadores, ni diferente tampoco, que tendrá su confirmación el próximo año, a menos que las cosas cambien radicalmente; y es ahí donde está el verdadero problema.

    El futuro es muy oscuro, como dice la canción, peor no sólo por la situación económica objetiva, sino porque quienes tienen que arreglarlo no lo harán, y porque los principales responsables de que se haya llegado aquí seguirán patrocinando carreras de Fórmula Uno y campenatos de fútbol en lugar de responsabilizarse por haber arruinado las vidas de millones de personas en nombre de la codicia.

    El problema es que los políticos son los mismos corruptos y cobardes que dicen una cosa y practican la contraria. Todos por igual hablan de que su preocupación principal es el común de la ciudadanía, y que trabajan o trabajarán sin descanso por mejorar la situación. Todos por igual trabajarán sin descanso para mejorar su situación personal olvidándose del común de la ciudadanía. Hay ejemplos de esto en ambos partidos. En Valencia y su comunidad autónoma gobierna la derecha, mientras que en Sevilla y su comunidad autónoma gobierna la izquierda. Son partidos diferentes, pero los que gobiernan tienen la codicia, la mentira y la corrupción como lema.

    Creo que si de verdad se interesaran por sus gobernados, no sólo no habría corrupción ni se darían los problemas que se dan ahora. De hecho, no habría ni derecha ni izquierda, tan solo unos pocos poderosos trabajando por el bien de todos. Claro que, soñar es gratis, y al fin y al cabo, estamos hablando de seres humanos, no de animales inteligentes, y si además añadimos que se trata de esa subespecie conocida como político, la situación se torna más complicada de llegar a ser realidad.

    
    Mi padre me trajo un refresco de esos que no tienen gas de la misma marca que el supermercado que lo vendía y que finalmente resultó estar bastante bueno. La bebida era una combinación de naranja y zanahoria (aparte de la consabida retahíla de aditivos artificiales), dos elementos cuya única similitud es el color, pero que combinados resultaron dar un producto más que satisfactorio.

    

lunes, 23 de mayo de 2011

Abierto de nuevo




Hola:


Después de muchísimo tiempo he decidio volver a abrir el blog para volver a publicar las paridas que dan vueltas por mi cerebro a todas horas y de vez en cuando necesitan salir. La primera a continuación.

Gracias y saludos a todos.